Y PARA DONDE VAMOS? ( trabajo de lengua y sociedad)
La globalización, puede ser clasificada como “la presencia de mutaciones en las condiciones en que el hombre habita el mundo”. Pero ¿ Qué es lo que determina las condiciones las condiciones en que el hombre habita el mundo?. Para Aristóteles el Hombre es un animal político, para Karl Marx, un ser social. Por aquello las condiciones de comportamiento están predeterminadas por ciertas estructuras, como por ejemplo las clases sociales, por lo mismo todo tipo de expresión o comportamiento, tendrá su génesis en un sistema político – económico, no es un mundo ajeno u otro mundo, no es algo que se pueda borrar de nuestra concepción con el solo hecho de obviarlo, sino que es lo que determina las formas de socialización.
Ahora que nos hemos situado de cierta forma, en lo estructural del fenómeno, es necesario arrojar algunas característica de su materialización en la actualidad. Aquella cultura analizada por los antropólogos, donde las particularidades abundan, la originalidad desborda, nos muestra la diversidad de la expresión del hombre, sin olvidar por su puesto los diferentes periodos históricos, donde los imperios no eran un concepto desconocido. En cambio aquella cultura analizada por los sociólogos, nos presenta una homogeneidad hedionda al blanco con franjas rojas y las estrellitas que van en aumento así como aumenta el nivel de mar por el calentamiento global. El neoliberalismo, a través de sus conceptos esenciales como lo son el consumismo y el individualismo, ha dirigido está globalización, como una etapa de regeneración del capitalismo. Los medios de comunicación y la tecnología, (aunque es necesario nombrarlo a pesar de lo obvio) son los que han logrado romper el sentido de pertenencia y ha influenciado las formas de existencia de una mayoría considerable. Pareciera ser que donde no existe medios de comunicación y tecnología, habría una barrera que prohíbe el ingreso de esta “buena nueva”. Como por ejemplo, la cultura que nos presenta Joan Downey en su documental, donde los YANOMAMY conservan la pureza de su cultura estando totalmente desconectados con las mayorías. Todo pero absolutamente todo lo que manejan les es propio, salvo que quizás porque motivo, se ve ha un integrante de la tribu del Amazonas manipulando una escopeta. ( sin mencionar sus viajes psicodélicos).
Se puede establecer que para el predominio de un sistema político, es primordial hacer la conexión con la cultura, y lo que Jesús Martín Barbero le denomina como el campo primordial de la batalla política. ¿ Acaso no es propio de esta batalla, que los niños de nuestro país, en la actualidad, festejen las noches de brujas?¿ Qué se viene ahora? ¿Ahora vamos a celebrar el día de acción de gracias?. También lo fue en la prosperidad de la Unión Soviética, donde la cultura popular marcaba los márgenes para la expresión del hombre, y era un verdadero sostén del proceso revolucionario.
En todo caso todo lo anterior pierde sentido, si al análisis le realizamos un viraje del centro a la periferia, alejándose de la institucionalidad, desconociendo nuestra deuda interna, olvidándonos de aquella cultura paternalista, e insertándonos en la literatura, las artes excluidas en general, donde pese a su poca masificación tiene un contra peso increíble contra lo maximalista que nos resulta aquella hediondez.
En todo caso, es primordial a la hora de pensar en una nueva sociedad, y en el hombre nuevo, nos propongamos un proyecto global, dentro de los principios de un revolucionario que cree en el internacionalismo, y conservando las particularidades que enriquecen está globalidad.
¡OTRA GLOBALIZACIÓN ES POSIBLE!
Ahora que nos hemos situado de cierta forma, en lo estructural del fenómeno, es necesario arrojar algunas característica de su materialización en la actualidad. Aquella cultura analizada por los antropólogos, donde las particularidades abundan, la originalidad desborda, nos muestra la diversidad de la expresión del hombre, sin olvidar por su puesto los diferentes periodos históricos, donde los imperios no eran un concepto desconocido. En cambio aquella cultura analizada por los sociólogos, nos presenta una homogeneidad hedionda al blanco con franjas rojas y las estrellitas que van en aumento así como aumenta el nivel de mar por el calentamiento global. El neoliberalismo, a través de sus conceptos esenciales como lo son el consumismo y el individualismo, ha dirigido está globalización, como una etapa de regeneración del capitalismo. Los medios de comunicación y la tecnología, (aunque es necesario nombrarlo a pesar de lo obvio) son los que han logrado romper el sentido de pertenencia y ha influenciado las formas de existencia de una mayoría considerable. Pareciera ser que donde no existe medios de comunicación y tecnología, habría una barrera que prohíbe el ingreso de esta “buena nueva”. Como por ejemplo, la cultura que nos presenta Joan Downey en su documental, donde los YANOMAMY conservan la pureza de su cultura estando totalmente desconectados con las mayorías. Todo pero absolutamente todo lo que manejan les es propio, salvo que quizás porque motivo, se ve ha un integrante de la tribu del Amazonas manipulando una escopeta. ( sin mencionar sus viajes psicodélicos).
Se puede establecer que para el predominio de un sistema político, es primordial hacer la conexión con la cultura, y lo que Jesús Martín Barbero le denomina como el campo primordial de la batalla política. ¿ Acaso no es propio de esta batalla, que los niños de nuestro país, en la actualidad, festejen las noches de brujas?¿ Qué se viene ahora? ¿Ahora vamos a celebrar el día de acción de gracias?. También lo fue en la prosperidad de la Unión Soviética, donde la cultura popular marcaba los márgenes para la expresión del hombre, y era un verdadero sostén del proceso revolucionario.
En todo caso todo lo anterior pierde sentido, si al análisis le realizamos un viraje del centro a la periferia, alejándose de la institucionalidad, desconociendo nuestra deuda interna, olvidándonos de aquella cultura paternalista, e insertándonos en la literatura, las artes excluidas en general, donde pese a su poca masificación tiene un contra peso increíble contra lo maximalista que nos resulta aquella hediondez.
En todo caso, es primordial a la hora de pensar en una nueva sociedad, y en el hombre nuevo, nos propongamos un proyecto global, dentro de los principios de un revolucionario que cree en el internacionalismo, y conservando las particularidades que enriquecen está globalidad.
¡OTRA GLOBALIZACIÓN ES POSIBLE!
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